viernes, 26 de junio de 2020

Angélica María Beltrán Lozano


Nació en Calarcá  (Quindio, Colombia) en 1983. 

Estudios:

Licenciada en español y literatura. 

Profesional en ciencias de la información de la universidad del Quindío.

Cargos:


Auxiliar Administrativo Universidad Nacional de Colombia02/03/2020Actual
Jefe De Área Universidad de Sucre18/06/201914/11/2019
CoordinadoraFundación Universitaria del Área Andina02/02/201613/06/2019
BibliotecariaUniversidad Antonio Nariño13/08/200919/05/2013

Publicaciones:

Libro inédito Saturday night poetry, prologado por Adalberto Agudelo.

Poema de las medianas cosas. 2020. 53p.






Prólogo de Saturday night poetry

Este libro debió haberse publicado años atrás. Adalberto Duque prologó el que debía llamarse Saturday Night Poetry porque, además de que me gustan los Bee Gees, era lo que hacía los sábados en las noches, leer poesía. Pero como embolaté el prólogo y nunca publiqué el libro ahora debo hacerlo yo misma, incluyendo el prólogo. En este tiempo que nos ha llevado a reflexionar y a desempolvar la vida, rescaté algunos poemas, cuentos y ejercicios literarios que hice en talleres en Bogotá y Pereira. Varios los encontré en correos compartidos con amigos, otros estaban en la carpeta varios de mi Drive, así que luego de ordenar, borrar y lamentar no haber transcrito algunas reflexiones o haikús que consideré entrañables, di por terminado este pequeño poemario. Lo titulé ¨Poema de las medianas cosas¨, nombre que lleva uno de los poemas, tal vez porque nunca podré alcanzar “las grandes cosas” que nos inculcan y que a la larga no interesan. He dado por pensar, como muchos de ustedes, que hay una inmensa variedad en eso que llamamos




inevitablemente lo cotidiano: somos filetes, entre cubiertos y copas / servidos a este día / sobre el vasto mar de la vida cotidiana.

Varias veces el poeta Alfonso Marín me preguntaba con angustia ¿Por qué esta necesidad de escribir, por qué putas escribo lo que escribo? Mi respuesta siempre fue la misma: no lo sé flaco. Así que si me preguntan por qué estos poemas, por qué se escribe, tal vez les diré lo mismo: no lo sé, pero he de añadir la pausa que nos dio el virus para escurrir lo cotidiano y con ello darle relevancia a las pequeñas cosas que traen felicidad y consuelo. Sin más preámbulo, gracias por leerme.




Poema de las medianas cosas

Escribo para las medianas cosas
aquellas al alcance de mi cuerpo
las mansas, domésticas,
las despotricadas por la infancia.

Caben las camas sencillas, el secador de pelo, el cepillo
de dientes; las cosas personales,
también los pocillos, los platos, la ropa diaria; las cosas
serviciales.

Caben las medidas comunes
las tallas medianas: los 1,50 cm.
los pesos promedios: los 60 Kgs
las palabras usuales: también los silencios
los días con hombres: también los poetas
los lugares comunes: evitado por poetas
porque no solo de las grandes cosas vive el hombre.
y nadie puede negar que somos los extras de la vida

cotidiana



Poema de la Otredad

Renuncio al Otro
y daré mis razones:
estoy cansada de
hacer para Otro
vivir para Otro
pensar en Otro
pensar para Otro
hacer para Otro
servirle a Otro
rezarle a Otro
pedirle a Otro
darle a Otro
estudiar por Otro
reírle a Otro
llorar por Otro
fingir para Otro
temerle a Otro
confiar en Otro
amar a Otro
odiar a Otro
Otro, Otro, Otro.
Dejo todo por escrito.
Se hace tarde para ir al trabajo.



Efecto mariposa

Me levanto contra las mariposas,
nos dominan; hay quien las defiende.
Estamos en sus manos bueno, mejor entre sus alas,
no somos dueños de nuestros actos,
no amamos por nuestra cuenta.

Te has preguntado ¿qué es el amor?
Solo manipulación de mariposas
que se mueven en el vientre
y me impulsan a buscar las tuyas.




La planta


En un rincón de la casa está la planta,
[sin nombre].
Entre el techo y la pared como sembrada en el aire, se sostiene a sí misma.
Y en semejanza imagino su cuerpo como una viga de agua
su cabello verde-ocre, flaca guedeja.

También, mi perro me mira, como lo hago con ella.

En esta casa
el olvido nos delata.


Cotidiano


Al unísono,
como traídos por el remolino de una pesadilla cíclica
arriban los hijos del café y del huevo.
Con ojeras apiladas y música nueva era
espolean al dios de las busetas.

En sus muñecas el latido de la hora exacta,
en sus pies la marcha del paso calculado
en su piel la belleza empobrecida
pasean de arriba a abajo
en el adobo del currículum
marca personal de hielo.

A las 8:00 a.m se entregan
al hollín y al beso del viento
confunden su día entre colonia y lejía,
son como filetes, entre cubiertos y copas
servidos a este día

sobre el vasto mar de la vida cotidiana.



En el bus


Mientras la niña a mi lado lee Edipo Rey
me recuerdo, Antígona, en llanto por mi padre
-eres esfinge, acertijo y maldición-.
rapea el hombre en el pasillo.
Al final de este pequeño cosmos,
destino de la tragedia
los pasajeros gritan:
Señor -¡¡si no PARA le arrancamos los ojos!!-

Fisionomía perfecta de un corifeo embravecido



Oración del misántropo

Señor, tú que nos creaste a la medida de tu odio
y cubriste tu marca en el instinto primitivo
- la evolución natural -
que moldeaste las membranas de nuestra neurosis
y luego circuncidaste la epilepsia del reniego
(hemos regenerado el sentimiento)
tú, que conoces nuestras ansias predilectas
la sed del holocausto.
Escúchanos.

Hoy, aunque no te interese,
mira el ruego de mi desgana y calma mi necesidad de
adorarte
y no creas que me siento vengativa; o de ti reniego.
Entiende esta plegaria:

al conocerme a mí misma, estoy de ti más cerca.





Aileen Carol Wournos (1956-2002)

Pequeña Aileen
¿Dónde estaba Dios cuando el abuelo hurgó en tu sexo?
Y tu hermano,
¿Sólo quiso el whisky de la Abuela?
Pequeña Aileen
Temblando en fiebre nadie besó tu frente.

¿Alguien supo tu segundo nombre?
Tal vez Tirya
¿Acarició ella, las cicatrices de tu rostro?
Nunca hallaron la mancha de ternura tras el monstruo
y sólo soñabas con una casa en la playa
Un empleo que pagara las cuentas.

Te callaron Aileen,
Cerraron para siempre tu boca grande de palabras
insanas
Mientras te deslizabas con el rock y delirabas con naves
volantes.

Te callaron, Aileen

Aún escucho tu voz en los ocasos sangrantes.


La frustración de un complejo

Soy el complejo de Electra,
ella ignora mis frustraciones.
Soy deseo incestuoso
ella acude cuando está sola.

Viviendo a tu sombra me pregunto:
¿Cuál será el refugio de mis frustraciones, Electra,
Cuándo el deseo de poseerte

habite mi inconsciente?



Poema nadaísta

Cierra los ojos,
espera, olvida…
Nada está en tu mente,
déjala hacerse
si la deseas blanca, negra…
no luches.
Así es ella,
sosiégate.
Nada vendrá pronto.
Es la mujer que se desnuda en tus sueños
pero tiene el pudor de borrarlos antes del alba,
es la nostalgia que a la mañana asalta,
cauta en borrar la razón.
Es la escurridiza que buscas a diario
y con sigilo se mueve en tu interior.
Ahora que lo sabes, finge silencio,
calla…
Algún día vendrá a tu encuentro
si tienes la prudencia
de contar nada acerca de Nada.



Marilyn Yalom pregunta *


¿A quién pertenece el seno?
¿Acaso pertenece al lactante, a la madre,
al hombre o a la mujer que lo acaricia?
¿Pertenece al artista, al diseñador, a la industria de
lencería,
al pornógrafo o al cirujano plástico?

Y ¿a quién pertenece el seno de Marilyn Yalom?,
¿Acaso pertenece al editor, al ginecólogo familiar
a los PhD. de la travesía mamaria,
a los anales de la teoría mamaria?
¿a la boca que lee en voz alta la palabra SENO?
Y ¿A quién pertenece mi seno?

¿al zurdo, al diestro o al ambidextro,
a la subasta del seno menos tocado?
Marilyn Yalom lo supo:
En el principio fue el seno y el paraíso se perdió en la
alegoría de una dentada.


 * Autora del libro Historia del Pecho.




In illo Tempore

El silencio camina por las calles,
la gente ignora su presencia solitaria.
Hay un millón de mundos en nuestros cuerpos
queriendo hacer contacto.
Los hombres miran al cielo,
buscan señales de luces, jinetes, raptos repentinos.

Un tiempo, in illo tempore,
espera el instante para hablarnos.
Lo intuimos en el silencio
atroz de nuestros cuerpos,
los días lo consumen para evitar su encuentro.

Hay instantes de estolidez en derrota.
Somos plenos.
Navegamos en hombros de poetas,
damos vistazos de eternidad;
abandonar no quisiéramos
éste éxtasis repentino






Fuente:

Curriculum vitae de la autora


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